Trump planea tropas en México contra cárteles: misión con drones y operaciones en tierra (2025)
Washington, 3 de noviembre de 2025La administración del presidente Donald Trump ha iniciado una planificación detallada para una nueva misión que enviaría tropas estadounidenses y oficiales de inteligencia directamente a territorio mexicano con el objetivo de atacar a los cárteles de la droga, según revelaron dos funcionarios actuales y dos exfuncionarios senior de Estados Unidos familiarizados con el esfuerzo. Aunque el entrenamiento para esta operación potencial se encuentra en sus etapas iniciales, no hay un despliegue inminente, y las discusiones sobre su tamaño y alcance continúan en curso, sin que se haya tomado una decisión final. 
Esta iniciativa surge en medio de una escalada en la lucha contra el narcotráfico que ha caracterizado el segundo mandato de Trump, impulsada por la crisis de fentanilo que, según datos del gobierno, causó más de 100.000 muertes por sobredosis en 2024, con el 90% de las sustancias procedentes de México. "Los cárteles representan una amenaza directa a la seguridad nacional de Estados Unidos, y es hora de actuar con la fuerza necesaria", ha reiterado el presidente en discursos recientes, enfatizando que los enfoques tradicionales han sido insuficientes para frenar el flujo de opioides sintéticos a través de la frontera.Detalles de la misión: ataques quirúrgicos y presencia en el terrenoLa operación se centraría en strikes precisos y acciones encubiertas, con un enfoque en minimizar el impacto público y respetar, al menos en apariencia, la soberanía mexicana. El personal involucrado provendría principalmente del Comando Conjunto de Operaciones Especiales del Pentágono (JSOC), la unidad de élite responsable de misiones de alto riesgo como la eliminación de Osama bin Laden en 2011. Estos comandos llevarían a cabo incursiones nocturnas para capturar líderes clave, destruir laboratorios clandestinos de producción de fentanilo y neutralizar convoyes de transporte de drogas en regiones controladas por los cárteles.Un elemento central de la estrategia serían los drones armados, diseñados para realizar ataques selectivos contra instalaciones de los cárteles, miembros armados y jefes operativos. Sin embargo, no todos los drones funcionarían de manera remota: algunos requerirían operadores en tierra para maximizar la precisión y evitar daños colaterales, lo que implicaría la presencia física de personal estadounidense en México. "Esto no sería solo vigilancia o apoyo remoto; involucraría operaciones terrestres limitadas pero directas, con unidades pequeñas y altamente entrenadas", explicó uno de los exfuncionarios consultados, quien ha participado en planeaciones similares en el pasado.La Agencia Central de Inteligencia (CIA) asumiría un rol crucial, desplegando oficiales en el terreno para recopilar inteligencia en tiempo real, colaborar con informantes locales y coordinar los strikes. Toda la misión operaría bajo la autoridad del Título 50 del Código de Estados Unidos, que proporciona un marco legal para actividades encubiertas de inteligencia y operaciones especiales, sin necesidad de una declaración de guerra o notificación al Congreso. A diferencia de las recientes acciones en Venezuela —donde se han realizado strikes públicos contra embarcaciones sospechosas de contrabando—, esta operación en México se mantendría en absoluto secreto, sin anuncios de éxitos o informes de bajas, para prevenir repercusiones diplomáticas.Un funcionario de la administración describió el plan como un "enfoque integral de todo el gobierno" destinado a enfrentar las amenazas de los cárteles contra los ciudadanos estadounidenses. La prioridad sería debilitar la estructura de mando y las finanzas de organizaciones como el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, responsables de la mayor parte del tráfico de fentanilo hacia el norte.Base legal: designaciones como terroristas y lecciones de VenezuelaEl fundamento jurídico de esta misión radica en medidas adoptadas por la administración Trump a inicios de año. En febrero de 2025, el Departamento de Estado clasificó a seis cárteles mexicanos —incluyendo Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, del Noreste, La Nueva Familia Michoacana, del Golfo y Cárteles Unidos—, así como a la pandilla MS-13 y al grupo venezolano Tren de Aragua, como organizaciones terroristas extranjeras. Esta designación otorga a las agencias de espionaje y unidades militares de EE.UU. amplias facultades para realizar espionaje, sabotaje y acciones letales contra estas redes, incluso en territorio de aliados.Este marco se inspira en operaciones ya en curso en Venezuela, donde Trump ha autorizado strikes encubiertos de la CIA y una campaña naval contra barcos presuntamente dedicados al contrabando. Desde septiembre de 2025, el Pentágono ha llevado a cabo al menos 15 ataques contra 16 embarcaciones en aguas cercanas a Venezuela, resultando en 64 muertes, entre ellas presuntos miembros de Tren de Aragua. El presidente ha calificado estas acciones como un "mensaje inequívoco" a los narcotraficantes, y ha ofrecido una recompensa de 50 millones de dólares por la captura del presidente venezolano Nicolás Maduro, a quien acusa de ser un colaborador de los cárteles. No obstante, estas operaciones han suscitado críticas bipartidistas en el Congreso por la escasa evidencia pública sobre las acusaciones de contrabando y las identidades de las víctimas.La misión en México adaptaría estas lecciones, incorporando inteligencia más refinada para evitar errores que pudieran escalar tensiones. Fuentes del Consejo de Seguridad Nacional indican que simulacros de entrenamiento ya se realizan en bases seguras en el suroeste de EE.UU., con énfasis en escenarios de bajo perfil.Posición de México: rechazo a la intervención, pero avances en cooperaciónAunque la administración Trump prefiere una coordinación bilateral, México ha manifestado un rechazo rotundo a cualquier forma de intervención directa. La presidenta Claudia Sheinbaum, en el cargo desde octubre de 2024, ha sido clara al respecto: "Rechazamos cualquier tipo de intervención o injerencia. México coordina y colabora, pero no se subordina". Esta declaración se produjo tras filtraciones iniciales sobre posibles strikes con drones, y Sheinbaum ha defendido la soberanía mexicana en cumbres internacionales.Trump ha elogiado a Sheinbaum como "una mujer tremenda y valiente", pero no ha moderado sus críticas al dominio de los cárteles en México: "México está dirigido por los cárteles", afirmó en un mitin en Texas el 28 de octubre. A pesar de las diferencias, México ha mostrado avances en la cooperación: ha autorizado vuelos expandidos de vigilancia de la CIA sobre su territorio, desplegado 10.000 tropas adicionales en la frontera, aumentado las incautaciones de fentanilo en un 30% en los últimos meses y extraditado a 55 líderes de cárteles para ser juzgados en EE.UU. Analistas diplomáticos sugieren que, de avanzar la misión, se podría buscar un "entendimiento tácito" para evitar confrontaciones abiertas, pero Washington no descarta una ejecución unilateral si las negativas persisten.Un cambio histórico en la estrategia antidrogasEsta propuesta representa un quiebre significativo con las políticas de administraciones previas, tanto demócratas como republicanas, que restringían la presencia de EE.UU. en México a equipos de la CIA, militares y fuerzas del orden dedicados a capacitar y asistir a las autoridades locales, sin acciones directas contra los cárteles. Programas como la Iniciativa Mérida, lanzada bajo George W. Bush y continuada por Obama y Biden, invirtieron miles de millones en fortalecer las instituciones mexicanas, pero han sido criticados por su lentitud y por no reducir de manera sustancial el tráfico de drogas.Durante su primer mandato (2017-2021), Trump amenazó con intervenciones militares en México, pero se limitó a presiones diplomáticas y aranceles. Su regreso al poder en 2025 ha reactivado estas propuestas, respaldadas por cifras alarmantes sobre la epidemia de opioides. Expertos en seguridad nacional advierten que esta escalada podría strainar las relaciones bilaterales —con un comercio anual superior a 800.000 millones de dólares— y desatar represalias de los cárteles, como atentados en la frontera o contra turistas estadounidenses. "Es una jugada audaz que podría reequilibrar la región, pero también desestabilizarla si no se maneja con cuidado", opinó un exfuncionario del Departamento de Estado con experiencia en operaciones fronterizas.Críticas internas y perspectivas a futuroLa idea ha generado divisiones en Washington. Demócratas como el senador Dick Durbin han cuestionado la legalidad de operaciones encubiertas sin supervisión congressional, mientras que republicanos como el representante Matt Gaetz han respaldado la firmeza, aunque piden mayor transparencia. Organizaciones como Human Rights Watch han alertado sobre riesgos de daños colaterales en comunidades mexicanas, citando precedentes donde campañas antidrogas han intensificado la violencia local.La Casa Blanca mantiene que estas acciones son vitales para salvaguardar a los estadounidenses de una "epidemia orquestada por cárteles extranjeros". Fuentes cercanas al presidente señalan que las consultas con el Pentágono y la comunidad de inteligencia progresan a paso acelerado. El resultado de esta misión podría transformar no solo la guerra contra el narcotráfico, sino también las dinámicas de poder entre Washington y Ciudad de México en los próximos años, en un contexto de migración persistente y tensiones comerciales.No se obtuvieron respuestas oficiales de la Casa Blanca, el Pentágono o la CIA a solicitudes de comentarios. La administración Trump prosigue su ofensiva multifacética, pero el equilibrio entre agresión militar y diplomacia sutil será clave para su éxito.
Fuente principal: NBC
Redacción: Mora informa.
Esta iniciativa surge en medio de una escalada en la lucha contra el narcotráfico que ha caracterizado el segundo mandato de Trump, impulsada por la crisis de fentanilo que, según datos del gobierno, causó más de 100.000 muertes por sobredosis en 2024, con el 90% de las sustancias procedentes de México. "Los cárteles representan una amenaza directa a la seguridad nacional de Estados Unidos, y es hora de actuar con la fuerza necesaria", ha reiterado el presidente en discursos recientes, enfatizando que los enfoques tradicionales han sido insuficientes para frenar el flujo de opioides sintéticos a través de la frontera.Detalles de la misión: ataques quirúrgicos y presencia en el terrenoLa operación se centraría en strikes precisos y acciones encubiertas, con un enfoque en minimizar el impacto público y respetar, al menos en apariencia, la soberanía mexicana. El personal involucrado provendría principalmente del Comando Conjunto de Operaciones Especiales del Pentágono (JSOC), la unidad de élite responsable de misiones de alto riesgo como la eliminación de Osama bin Laden en 2011. Estos comandos llevarían a cabo incursiones nocturnas para capturar líderes clave, destruir laboratorios clandestinos de producción de fentanilo y neutralizar convoyes de transporte de drogas en regiones controladas por los cárteles.Un elemento central de la estrategia serían los drones armados, diseñados para realizar ataques selectivos contra instalaciones de los cárteles, miembros armados y jefes operativos. Sin embargo, no todos los drones funcionarían de manera remota: algunos requerirían operadores en tierra para maximizar la precisión y evitar daños colaterales, lo que implicaría la presencia física de personal estadounidense en México. "Esto no sería solo vigilancia o apoyo remoto; involucraría operaciones terrestres limitadas pero directas, con unidades pequeñas y altamente entrenadas", explicó uno de los exfuncionarios consultados, quien ha participado en planeaciones similares en el pasado.La Agencia Central de Inteligencia (CIA) asumiría un rol crucial, desplegando oficiales en el terreno para recopilar inteligencia en tiempo real, colaborar con informantes locales y coordinar los strikes. Toda la misión operaría bajo la autoridad del Título 50 del Código de Estados Unidos, que proporciona un marco legal para actividades encubiertas de inteligencia y operaciones especiales, sin necesidad de una declaración de guerra o notificación al Congreso. A diferencia de las recientes acciones en Venezuela —donde se han realizado strikes públicos contra embarcaciones sospechosas de contrabando—, esta operación en México se mantendría en absoluto secreto, sin anuncios de éxitos o informes de bajas, para prevenir repercusiones diplomáticas.Un funcionario de la administración describió el plan como un "enfoque integral de todo el gobierno" destinado a enfrentar las amenazas de los cárteles contra los ciudadanos estadounidenses. La prioridad sería debilitar la estructura de mando y las finanzas de organizaciones como el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, responsables de la mayor parte del tráfico de fentanilo hacia el norte.Base legal: designaciones como terroristas y lecciones de VenezuelaEl fundamento jurídico de esta misión radica en medidas adoptadas por la administración Trump a inicios de año. En febrero de 2025, el Departamento de Estado clasificó a seis cárteles mexicanos —incluyendo Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, del Noreste, La Nueva Familia Michoacana, del Golfo y Cárteles Unidos—, así como a la pandilla MS-13 y al grupo venezolano Tren de Aragua, como organizaciones terroristas extranjeras. Esta designación otorga a las agencias de espionaje y unidades militares de EE.UU. amplias facultades para realizar espionaje, sabotaje y acciones letales contra estas redes, incluso en territorio de aliados.Este marco se inspira en operaciones ya en curso en Venezuela, donde Trump ha autorizado strikes encubiertos de la CIA y una campaña naval contra barcos presuntamente dedicados al contrabando. Desde septiembre de 2025, el Pentágono ha llevado a cabo al menos 15 ataques contra 16 embarcaciones en aguas cercanas a Venezuela, resultando en 64 muertes, entre ellas presuntos miembros de Tren de Aragua. El presidente ha calificado estas acciones como un "mensaje inequívoco" a los narcotraficantes, y ha ofrecido una recompensa de 50 millones de dólares por la captura del presidente venezolano Nicolás Maduro, a quien acusa de ser un colaborador de los cárteles. No obstante, estas operaciones han suscitado críticas bipartidistas en el Congreso por la escasa evidencia pública sobre las acusaciones de contrabando y las identidades de las víctimas.La misión en México adaptaría estas lecciones, incorporando inteligencia más refinada para evitar errores que pudieran escalar tensiones. Fuentes del Consejo de Seguridad Nacional indican que simulacros de entrenamiento ya se realizan en bases seguras en el suroeste de EE.UU., con énfasis en escenarios de bajo perfil.Posición de México: rechazo a la intervención, pero avances en cooperaciónAunque la administración Trump prefiere una coordinación bilateral, México ha manifestado un rechazo rotundo a cualquier forma de intervención directa. La presidenta Claudia Sheinbaum, en el cargo desde octubre de 2024, ha sido clara al respecto: "Rechazamos cualquier tipo de intervención o injerencia. México coordina y colabora, pero no se subordina". Esta declaración se produjo tras filtraciones iniciales sobre posibles strikes con drones, y Sheinbaum ha defendido la soberanía mexicana en cumbres internacionales.Trump ha elogiado a Sheinbaum como "una mujer tremenda y valiente", pero no ha moderado sus críticas al dominio de los cárteles en México: "México está dirigido por los cárteles", afirmó en un mitin en Texas el 28 de octubre. A pesar de las diferencias, México ha mostrado avances en la cooperación: ha autorizado vuelos expandidos de vigilancia de la CIA sobre su territorio, desplegado 10.000 tropas adicionales en la frontera, aumentado las incautaciones de fentanilo en un 30% en los últimos meses y extraditado a 55 líderes de cárteles para ser juzgados en EE.UU. Analistas diplomáticos sugieren que, de avanzar la misión, se podría buscar un "entendimiento tácito" para evitar confrontaciones abiertas, pero Washington no descarta una ejecución unilateral si las negativas persisten.Un cambio histórico en la estrategia antidrogasEsta propuesta representa un quiebre significativo con las políticas de administraciones previas, tanto demócratas como republicanas, que restringían la presencia de EE.UU. en México a equipos de la CIA, militares y fuerzas del orden dedicados a capacitar y asistir a las autoridades locales, sin acciones directas contra los cárteles. Programas como la Iniciativa Mérida, lanzada bajo George W. Bush y continuada por Obama y Biden, invirtieron miles de millones en fortalecer las instituciones mexicanas, pero han sido criticados por su lentitud y por no reducir de manera sustancial el tráfico de drogas.Durante su primer mandato (2017-2021), Trump amenazó con intervenciones militares en México, pero se limitó a presiones diplomáticas y aranceles. Su regreso al poder en 2025 ha reactivado estas propuestas, respaldadas por cifras alarmantes sobre la epidemia de opioides. Expertos en seguridad nacional advierten que esta escalada podría strainar las relaciones bilaterales —con un comercio anual superior a 800.000 millones de dólares— y desatar represalias de los cárteles, como atentados en la frontera o contra turistas estadounidenses. "Es una jugada audaz que podría reequilibrar la región, pero también desestabilizarla si no se maneja con cuidado", opinó un exfuncionario del Departamento de Estado con experiencia en operaciones fronterizas.Críticas internas y perspectivas a futuroLa idea ha generado divisiones en Washington. Demócratas como el senador Dick Durbin han cuestionado la legalidad de operaciones encubiertas sin supervisión congressional, mientras que republicanos como el representante Matt Gaetz han respaldado la firmeza, aunque piden mayor transparencia. Organizaciones como Human Rights Watch han alertado sobre riesgos de daños colaterales en comunidades mexicanas, citando precedentes donde campañas antidrogas han intensificado la violencia local.La Casa Blanca mantiene que estas acciones son vitales para salvaguardar a los estadounidenses de una "epidemia orquestada por cárteles extranjeros". Fuentes cercanas al presidente señalan que las consultas con el Pentágono y la comunidad de inteligencia progresan a paso acelerado. El resultado de esta misión podría transformar no solo la guerra contra el narcotráfico, sino también las dinámicas de poder entre Washington y Ciudad de México en los próximos años, en un contexto de migración persistente y tensiones comerciales.No se obtuvieron respuestas oficiales de la Casa Blanca, el Pentágono o la CIA a solicitudes de comentarios. La administración Trump prosigue su ofensiva multifacética, pero el equilibrio entre agresión militar y diplomacia sutil será clave para su éxito.
Fuente principal: NBC
Redacción: Mora informa.
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